Posted by on Abr 28, 2020 in Artículos | Comentarios desactivados en Pandemia

Pandemia

Pandemia

Dice Lievegoed a van der Meulen en

A TRAVES DEL OJO DE LA AGUJA

  1. 90 – 92

 

Otra cuestión es la del efecto de los demonios ahrimánicos. a qué nivel del mundo obra ahriman, según Rudolf Steiner, mediante demonios de Marte, el efecto del lado negativo de Marte. el punto de Marte en la tierra está en la zona de las afueras de Mongolia y en el norte de China. Observando la historia de China, podemos ver que estos demonios marciales cada ochocientos años aproximadamente se tornan activos y movilizan a las tribus mongoles. China erigió la muralla para protegerse de los reiterados ataques mongoles. los últimos períodos mongoles tuvieron influencias hasta en Europa, a saber, entre los años 350 – 450 y 1150 – 1250 de la era cristiana. el próximo período puede ser ubicado entre 1950 y 2050. en 1924, Rudolf Steiner durante una conversación que mantuvo con jóvenes (en Breslau) dijo que recién después del 2050 volverán tiempos más pacíficos. los ataques mongoles en Europa siempre terminaron abruptamente con la intervención de un iniciado cristiano. en el año 450 vemos tal repentino final cuando Atila estuvo ante roma y allí se confrontó con el Papa león II. Y en 1250, después de la lucha de Liegnitz, cuando el nieto del Dschinig Kahn ingresó al ámbito de influencia de santa Eduvigia. según Rudolf Steiner, el verdadero, el más profundo caldero de tensiones en el mundo está entre américa y China. él predijo que las tensiones entre Oriente-Occidente, es decir, aquellas entre la unión soviética y los estados unidos de américa, terminarán y que paulatinamente se verán otras, más profundas, a saber, aquellas entre China y américa. Cuando en Rusia en el año 1917 tomaron el poder los Boscheviques, él dijo que no tendrían a Rusia más de setenta años bajo su poder. Y exactamente ¡así fue como sucedió! todos nosotros crecimos pensando que la política mundial gira en torno a la oposición entre el capitalismo y el comunismo. esos eran los grandes enemigos que estaban uno frente al otro. nadie podía imaginar que esto alguna vez cambiaría. Pero, Rudolf Steiner ya veía que esta polaridad alguna vez terminaría. sin embargo, el final de esta enemistad pondrá de manifiesto otra que demostrará ser más esencial y peligrosa. lucifer obra sobre la arrogancia, el fundamentalismo, la ilusión: Ahriman sobre el poder y el frío odio. Yo llegué a la conclusión que la obligación del movimiento antroposófico es erigir una infraestructura cristiana en el mundo. eso mismo fue lo que hacía santa Eduvigia, la tía de Elisabeth von Thüringen en las inmediaciones de Liegnitz. ella fundaba monasterios y conventos, fundaba escuelas y traía cistercienses a silesia para hacer fructificar el desierto, de modo que allí pudiera existir la agricultura. Mediante tales actividades, se modifica el aura espiritual de toda una franja terrenal. los demonios marciales, a quienes Steiner denota como anti-micaélicos, tomaron nota de la luz cristiana en el aura del paisaje. se dieron a la fuga, dejando solo y perplejo al ejército armado. a los soldados no les quedó otra alternativa que emprender la retirada. Con el vocablo “cristiano” no me refiero al cristianismo en el sentido eclesiástico, pues allí también puede haber fundamentalismo. Cuando digo “cristiana” me refiero a una sociedad que sabe de la procedencia y del porvenir de cada individuo, una sociedad que se basa en la libertad y en la responsabilidad individual. uno puede imaginar gran cantidad de pequeños “puntos de apoyo” cristianos en la cultura: una escuela en una ciudad, un comercio en un pueblo, y demás. ¿Cómo pueden llegar a convencerse las personas de que no son impotentes? Que no digan: ¿Qué puedo lograr yo solo? no se trata de cantidades sino de cualidades, de aquello que sucede en lo esencial. Mediante todos estos pequeños puntos de apoyo se modifica el mundo etéreo. la historia del mundo no se decide por las condiciones materiales sino por cualidades espirituales.

 

Del libro: Doble huella – Recuerdos

Hella Krause-Zimmer 

Capítulo 48: Confirmación versus régimen nacionalsocialista 

Como nuestra iglesia tenía un pasado católico y en la época de la Reforma había sido transformada para el culto evangélico, en la antigua galería que permanecía cerrada, había varias esculturas de santos que ya no parecían tener valor alguno. Pero allí estaban, se podían ver detrás de aquellas rejas. Un día, en que nuestro pastor quiso hacer orden en el trastero, descubrió una gran pizarra dorada sobre la que se veían escenas de la vida de Eduviges  de Andechs (Santa Hedwig). 

Eduviges, para los católicos era la patrona de Silesia, pero nosotros también la conocíamos bien, puesto que esta joven, hija del conde de la casa de Andechs y Merania –educada en el convento von Kitzingen– alrededor de sus once años partió con un cortejo hacia Silesia para ser desposada con el duque Enrique I de Baviera. La boda tuvo lugar en 1.186, la novia tenía doce años de edad.

Aquella fue una pareja piadosa que se había unido por mutuo consentimiento y se tenían gran afecto. Luego de veintidós años de matrimonio (cuando la condesa tenía 34 años de edad) ambos prometieron castidad ante el pueblo. Eduviges fundó el convento de Trebnitz y se consagró al servicio de los enfermos y de los pobres. Tanto en verano como en invierno iba descalza, aunque siempre llevaba un par de zapatos consigo para ponérselos en caso de ser conveniente.

Ella fue la tía de Santa Elisabeth, que a la edad de cuatro años había sido traída desde Hungría al castillo de Wartburg (cerca de la ciudad de Eisenach en Turingia) para ser comprometida con Luis de Turingia de diez años de edad y ser desposada por él en el año 1221, para entonces Elisabeth tenía alrededor de catorce años.

Durante su largo viaje desde Hungría hasta el castillo de Wartburg, la pequeña Elizabeth había hecho una parada en el castillo de la condesa Hedwig en Breslau. Se cruzaron los caminos de dos grandes mujeres. Hedwig, que por entonces tenía 37 años de edad, ya había tomado los hábitos en el convento de Trebnitz. Por cierto, además seguía siendo condesa, y como tal todavía el destino le depararía una dura prueba que no sólo la consagraría Santa sino que la haría una figura reconocida en la historia de la humanidad por haber sido parte de uno de los momentos más difíciles y críticos de Europa.

En el año 1241 arremete contra Europa central un ejército mongo desde las profundidades del Medio Oriente l, incendiando y destruyendo a su paso vidas humanas y cultura. Llegan a la Alta Silesia y cruzan el río Oder. Horror y espanto se propagan. Europa tiembla.

Los ciudadanos de Breslau quemaron sus casas y huyeron a las islas del Oder. Los salvajes siguieron de largo, no querían detenerse en ese sitio. 

Entonces, Enrique II, el único hijo de Hedwig, quien recién había asumido, reunió lo que pudo de aquella Silesia pobremente poblada y armó un escuálido ejército que no tenía ninguna esperanza de poder ganar batalla alguna. Lo que allí se estaba dando para salvar el Cristianismo y a Europa era un paso de sacrificio puro. Los ejércitos se topan en Leibnitz y el 9 de abril de 1241 mueren todos los caballeros alemanes junto con el duque Enrique y el capitán de la Orden alemán Siegfried von Feuchtwangen. El lugar queda cubierto de cuerpos sin vida. Los mongoles tienen vía libre.

¿La tienen? Sucede uno de los milagros de la historia – los mongoles emprenden la retirada. Desaparecen y nunca retornan. Al anochecer de aquél día, Hedwig recorre el campo de batalla para recoger el destrozado cuerpo de su hijo.