Posted by on Nov 2, 2014 in Artículos | 0 comments

El Significado oculto del perdón

SEGUNDA FASE DEL PERDÓN
ACTO SUPERIOR DE TOLERANCIA
En cierto sentido, el verdadero perdón no es otra cosa que un ACTO SUPERIOR DE TOLERANCIA, podríamos incluso decir, un ACTO DE POTENCIADA TOLERANCIA. Un verdadero acto de perdón, resulta algo imposible si no se tiene al menos una impregnación del yo humano terrestre con la substancia de su YO SUPERIOR o su YO ESPIRITUAL. El Yo a través del pensamiento moral es capaz de purificar los sentidos y educarlos para poder percibir todo lo que hay de bueno y de bello en el mundo y, de ese modo, en la segunda etapa de fortalecerlo e inspirarlo internamente hasta tal punto que con el tiempo podría percibir el mundo no solo con los sentidos físicos, sino también con los órganos de percepción del cuerpo etéreo.

El YO ESPIRITUAL – necesita los órganos de percepción del cuerpo etéreo para su existencia consciente dentro del hombre. Esto se empieza a formar interiormente en el momento en que penetra en el YO TERRESTRE. Igual que el YO ESPIRITUAL permea al YO TERRESTRE en el acto de perdón, al mismo tiempo SE CONVIERTE EN «EDUCADOR», aunque ahora el cuerpo etéreo ocasiona la gradual disolución interna de todas aquellas «durezas y grumos de oscuridad» que surgen continuamente como consecuencia última de los errores terrenales, las insuficiencias morales de nuestro temperamento, pensamientos equivocados y especialmente rencores y envidias. En un sentido espiritual, LA ENVIDIA ES UNA DE LAS FORMAS DEL RENCOR.

Cuando bajo la influencia de NUESTRO YO SUPERIOR «BORRAMOS» CONSCIENTEMENTE de nuestra memoria todos los resultados del Mal que se haya perpetrado contra nosotros, liberamos al cuerpo etéreo de todos sus elementos destructivos y oscurecedores. Hacemos que nuestro cuerpo etéreo se vuelva más y más radiante y transparente, en el transcurso de una posterior purificación, también visible en el mundo elemental (astral) que nos rodea. Porque se produce una gran actividad por parte del YO ESPIRITUAL dentro de NUESTRO YO, que se hace perceptible a las impresiones externas, no sólo a través de nuestro cuerpo físico sino también a través de nuestro cuerpo etéreo o vital.

Dependiendo de la disposición individual de la persona, de su karma, y de las circunstancias actuales de su vida, este proceso de la influencia de un YO que ha sido fortalecido por el YO ESPIRITUAL sobre el cuerpo etéreo, puede que al principio no se dirija a los órganos suprasensibles en formación que son el requisito previo y esencial para despertar dentro de sí mismo las nuevas facultades clarividentes, pero sí a su transformación en una dirección algo diferente, es decir, haciéndole especialmente receptivo para percibir las fuerzas macrocósmicas de la vida etérea universal. Como resultado de esto, aunque la persona no pueda contemplar clarividentemente a Cristo, de todos modos estará trabajando interiormente sobre su cuerpo etéreo, y las otras personas que la circundan podrían, bajo ciertas circunstancias, experimentar Su presencia divina, a través de esa persona, mientras la persona misma logra el acceso a las fuentes verdaderas e inagotables de la vida cósmica.

-EL SIGNIFICADO OCULTO DEL PERDÓN-
Sergei O. Prokofieff

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