Respeto
Respeto es nunca tomar a alguien por sorpresa, nunca señalar sus debilidades y convertirlo en objeto de risa (tampoco, si no se encuentra presente). Significa observar y crear fuerza; y el respeto se basa en la percepción de que todos tienen valor, porque cada uno es único. El respeto también se apoya en la humildad, pues la humildad sabe que lo que es visible en otro es sólo un capítulo de su historia.
Entonces, respeto es mantenerse equidistante entre fuerza y debilidad. Sin llamar la atención directamente a la fuerza, sino realzarla de a poco, dándole una tarea. No decirle a alguien: eres un pintor maravilloso, sino sólo darle papel y pinceles; no decirle o hacerle saber: eres un pintor sin futuro, sino sólo darle otras opciones para realizar su expresividad artística. Nunca ignorar la debilidad, pues eso es falta de respeto, sino ofrecer un enfoque diferente.
Donde hay respeto verdadero existe el entendimiento de que las habilidades se hallan en constante cambio y que, a veces, solamente donde hay luz puede algo hacerse visible. Esto no quiere decir que haya vacío donde el sol no brille; sino que existe algo reposando en la sombra. Sencillamente, nunca se sabe lo que allí existe, entonces, es mejor no destruir o destituir al calificar (tampoco en su ausencia).
El respeto es muy confortante porque valoriza el espacio y sabe que aunque el amor traiga equilibrio, todo el mundo necesita tiempo, una pausa, una oportunidad para respirar con calma, a solas. Él te impide que te aproximes demasiado rápido y permite que las personas crezcan a su propio ritmo. El respeto nunca instiga y sólo golpea donde existe fuerza para resistir.
Respetar cosas es tan provechoso como respetar personas. Respetar cosas tiene su origen en respetar el cuerpo, con todas sus fuerzas y debilidades. Debemos abordar todo con igual equilibrio, no vender la belleza ni ridiculizar la fealdad; no hacer exhibición de salud, ni ceder al dolor. El camino del medio es como quedar en el umbral de una puerta, sin tocar nada. Significa que puedes salir fácilmente.
Donde hubo desconsideración por algo o alguien, hay una herida. Las consecuencias son graves. Cuando una persona fue agraviada (haya ella estado presente o no), el efecto es oscuro y a veces peligroso, difícil de identificar, porque no logra decir: “Tú me heriste”. Es difícil ser directo, entonces, alguien por acaso esté cerca, de repente es alcanzado en lugar del otro (efecto mariposa) y una cadena entera se inicia. Cuando una cosa fue mal empleada, no respetada, entonces causa problemas. Rompe, causa confusión, te atrasa. De cualquier modo, la falta de respeto quita libertad y bloquea el camino.
Donde hay respeto, es como avanzar por el camino recto a través de la vida, de modo de poder alcanzar un punto de tranquilidad y, entonces, mirando hacia atrás, ver sólo luz. Tampoco queda nada escondido en las sombras, creando altibajos; y, por lo tanto, no existe el despertar súbito de sentimientos antiguos. Tú caminaste con estabilidad por la vida, observando los altibajos con dignidad. El resultado es que el respeto que diste vuelve a ti, hay retorno.